jueves, 16 de agosto de 2007

Primero llegó Tita

La noche de mi cumpleaños yo estaba sola en casa y llovìa torrencialmente. Era muy tarde y golpearon la puerta. No me animé a abrir.

Al rato veo a través del vidrio de la puerta algo parecido a una araña enorme. Me acerco intrigada y me encuentro con ella ... Tita.
Me la había traído de regalo Dominique un amigo francés que como no le abrí la puerta la dejó atada en el picaporte pobrecita, bajo la lluvia.

Vivía afuera, imagino que se cobijaba bajo un techito pero en realidad nunca había lluvias salvo una pequeña temporada. Se hizo amiga del perro y comía desde la fuente los tallarines que nos sobraban. Bueno, en realidad comía de todo.




Y luego llegó ella

Tita no fue un problema para nadie.
Pero una tarde un tchadiense nos ofreció en venta una mona bebé a la que traía colgando de una soga atada a su cuello. No nos quedaba otra que comprarla para que no siguiera sufriendo, se la habían arrancado a su mamá.
Un amigo francés sugirió llamarla Chiraquita, por el ministro Chirac que había en ese entoncees en Francia, pero luego fue más conocida como Potota. Potota pasó a formar parte de nuestra vida ... y a complicárnosla también.


Potota y las complicaciones


Pobrecita. Tenía solo unos días de vida y se la habían arrancado a su madre. Estaba asustada e histérica. Buscaba de donde prenderse y se prendía de mi pierna. Así que yo caminaba arrastrando la pierna para no asustarla más. Y por supuesto, hubo que darle mamadera. Pero enseguida se adaptó. Era muy graciosa y mucho más linda que Tita.

La trataba como a un bebé pero era realmente un bebé. Yo no podía tratarla como un bebé mono porque no sabía como hacerlo, así que la trataba como a un bebé humano. Mientras estaba en casa, debía hacer las tareas con ella prendida a mi pierna.

Se me ocurrió que debía bañarla y prendida de mi brazo, la sumergía bajo la ducha. Pobre animal! Se aterrorizaba. Yo era joven e inconsciente. Creo que eso la volvió más histérica todavía.
De noche saltaba sobre nuestra cama y más de una vez ... tuvimos sorpresas de los dos tipos.
Con el tiempo fue poniéndose más colorada, con patillas enormes y pelaje colorado. Pero nunca crecería demasiado. Era una raza de monos pequeña, no recuerdo ahora el nombre de esa raza.
Pasaron algunos meses, creo que cinco o seis o un poco más y debíamos irnos ... el problema era a quien regalársela.
Había una parejita de franceses recién llegados que la recibieron con mucha alegría. Se la dimos un mes antes de irnos y ellos luego nos contaron que se estaba poniendo mala y mordía.
No sé qué habrá sido de ella. Pobre Chiraquita, alias Pototita.
Agregaré más fotos cuando las tenga escaneadas para que puedan verla ya más linda con sus patillas pero no verán su hermoso color porque las fotos son en blanco y negro.







Pero ... como todo hermano mayor a quien le llega su hermanito menor, Adoum sufrió. Y no porque yo lo compare a Adoum con un mono, es que yo tomé a la mona como a un bebé humano y me dediqué tanto a ella que descuidé un poco a Adoum. Ahora lo lamento.
Y se nota en su mirada, no? Que está un poco triste. Y además no debe entender como los blancos pueden amamantar con biberón a un mono. Sobre todo que creo que ellos jamás vieron un biberón.




1 comentario:

Kira Wonrey dijo...

ohh....
que cosita!!!!!!!!!!!
yo siempre quise un mono...
pero vivo en un piso...no me es posible...snif ...PERO ES QUE ES PRECIOSA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!